El Mont-Blanc un nombre escueto para una montaña que quita el sueño cada comienzo de temporada a un buen número de corredores y es que pese al correr de los tiempos sigue siendo un punto de referencia para múltiples personas donde no importa ni el país ni la filiación. Con sus 4.810 m, que no la convierten en la más alta de este viejo continente sigue poseyendo ese aire mítico que le ha proporcionado ser la cuna de todos los deportes de aventura que hoy conocemos, pues no hay que olvidar que fue la primera montaña que fue conquistada por motivo puramente lúdico dando lugar al comienzo de una nueva era donde alcanzar montañas y disfrutar de su entorno natural se convirtió en un objetivo por si mismo, naciendo de esta manera varias carreras que se disputan a su alrededor.
Que el premio en un sorteo sea sufrir 200 kilómetros por las carreteras que ofrecen los Pirineos, suena raro. Pero todo se justifica cuando explicas que es para participar en la prueba ciclista por excelencia: la Quebrantahuesos.
Ver entradaLa Desert Run es una carrera de tres etapas que transcurre por el desierto del Sahara
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